La verdad detrás de la baba de caracol

Por muchos años llevo viendo las famosas y milagrosas cremas de baba de caracol. Especialmente en aquellas ferias colombianas que se hacían una vez al año acá en Guate y últimamente las he visto mucho en emprendimientos chapines.
Generalmente lo primero que se nos viene a la mente al pensar acerca de la baba de caracol es en la que dejan al caminar, aquella baba que les permite moverse, pero la realidad no es esta…
La famosa baba de caracol que se utiliza en productos para el cuidado personal es la que los animalitos producen para defenderse, cuando se encuentran heridos o en situaciones de mucho estrés. Esa baba es rica en proteínas que les ayuda a recuperarse rápidamente de las lesiones y heridas y por esto es que la promocionan tanto como una sustancia mágica regeneradora y con muchas propiedades antioxidantes. En los centros de explotación los caracoles son sometidos a procesos intensos de radiación y corrientes que les provocan fracturas en su caparazón y en estos momentos es cuando los animales en un intento de sobrevivir este trauma comienzan a generar baba. Las heridas que les provocan son tan fuertes que los que sobreviven necesitas más de medio año para recuperarse. Después de su recuperación se inicia nuevamente el proceso y después de un par de veces de ser explotados de esta manera y recoger la baba que generan se les asesina a los pocos que sobreviven esta tortura tantas veces porque obviamente la mayoría mueren tratando de recuperarse de las heridas.

Y ahora, dejando por un lado la horrenda forma de extraer la sustancia hablemos un poquito si es realmente algo mágico. Bueno, para empezar la baba tiene que ser extraída en un proceso cuidadoso y supervisado para que esté en un estado totalmente puro y debe tener actividad biológica, lo que significa que la baba que deja el caracol al desplazarse no funciona en lo absoluto. Chequeando que se extraiga de esta manera la baba obtenemos una sustancia rica en ácido glicólico, proteínas y polisacáridos, ácido hialurónico, antioxidantes y alantoína. Todos esto lo podemos obtener de un origen vegetal y libre de crueldad animal así que, ¿es realmente necesario el sufrimiento de los caracoles?

Finalmente, de más está decir que los productos con baba de caracol NO son veganos ni libres de crueldad animal. Dejemos de creer en la publicidad que nos intenta vender productos milagrosos y mágicos que conllevan el sufrimiento de otros seres vivos como por ejemplo la aleta de tiburón, ojos de res, placenta de oveja, bilis de oso y un larguísimo etcétera que además contribuyen al deterioro de nuestro planeta.

¡Investiguemos, informémonos y hagamos compras inteligentes y conscientes!

Con amor,
Ana Mer.

3 comentarios en “La verdad detrás de la baba de caracol”

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